Laboratoria, una segunda oportunidad


La inclusión de la mujer en la industria de las tecnologías de la información ha ido creciendo poco a poco en los últimos años. Cada vez hay más mujeres en las aulas de las carreras afines a la programación, demostrando así que ellas también tienen la capacidad para desarrollar aplicaciones web o móviles complejas. Hoy día existen iniciativas que buscan impulsar el talento femenino en el área de la computación, específicamente en programación. Y una de ellas es Laboratoria.

Laboratoria es un bootcamp (programa de formación intensivo) que busca motivar a las mujeres a adentrarse en el mundo de la programación (front-end y UI/UX), pero además las empodera y busca asimismo pulir sus talentos, tanto técnicos como sociales. Anaís y Diana son dos de sus egresadas. El camino no fue fácil para ellas. Sin embargo, gracias a su constancia y dedicación, lograron cumplir su cometido.

Actualmente laboran como front-end developeres (desarrolladoras de interfaz de usuario y comunicación con servicios), y no descartan la posibilidad de involucrarse en otras áreas de oportunidad. Al igual que yo, están a favor de que más mujeres se involucren en las tecnologías de la información, que no tengan miedo a desenvolverse plenamente en tal área.

Foto: Janeth. Edición: Saracho

Les dejo la siguiente entrevista, realizada el sábado 15 de septiembre de 2018. Espero sea de su agrado y motive a más mujeres a seguir el mismo camino que ellas emprendieron hace tiempo. Como en todas mis entrevistas, conservo fielmente las palabras expresadas por los entrevistados, solamente dándoles forma a sus ideas, sin perder el contexto original.

Disfrútenla.



Armando (A): ¿Cómo fue que se enteraron de Laboratoria? ¿Por qué les dio por inscribirse? Y ¿por qué cambiar de aires? Porque tengo entendido que tú, Anaís, eres antropóloga, y tú, Diana, eres licenciada en Informática pero nunca habías desarrollado software.

Foto: Janeth. Edición: Saracho.

Diana (D): Bueno, primero te platico un poco acerca de mi background (conjunto de conocimientos y habilidades), para que te explique el porqué decidí postularme para Laboratoria.

Yo estudié la licenciatura en Informática, pero, como tú dices, no tenía conocimientos de programación. Llegué a tener tres materias de programación durante la carrera, pero nunca fue algo que me llamara mucho la atención.

Después de que terminé mi licenciatura, decidí trabajar en el área de soporte técnico, porque me gusta mucho armar y desarmar las computadoras. Trabajé en el Palacio de los Deportes un año y medio en esa área, por medio tiempo; y posteriormente pedí mi cambio a otra área, pero cuando pedí el cambio para trabajar de tiempo completo me pusieron el pie y desde ahí pensé que me iba a costar mucho trabajo crecer profesionalmente en ese lugar.

En la segunda oportunidad que tuve para pedir mi cambio, me salté a mi jefe, mi supervisor, y me fui directamente con mi otro jefe para solicitarle trabajar por tiempo completo, en el Hipódromo de las Américas, en la misma área de soporte.

Ya estando ahí, me di cuenta que ya no me llenaba el dar soporte técnico a otras personas, a otros usuarios. Entonces me salí y empecé a mandar currículums para aplicar a posiciones como desarrolladora junior, pero todos me pedían experiencia. Ninguna empresa me contactó. Toqué puertas, pero nadie me respondía.

Una amiga fue la que me dijo acerca de Laboratoria y que Google había hecho una donación superimportante para esa escuela. Cuando terminó de platicarme sobre Laboratoria, empecé a investigar sobre lo que me había dicho. Me metí a la página de Facebook de ellos y vi una imagen que decía «Postula ya». La verdad, todo lo que leí sobre Laboratoria acerca de cómo ayudan a las mujeres para poder ser desarrolladoras y que era un bootcamp superintenso, de como seis meses, me superconvenció.

Yo postulé en enero de 2017, pero me empezaron a llamar hasta julio de ese mismo año, y para mí fue supereterno ese tiempo; pero, después de postular, me hablaron todavía hasta septiembre para hacer el período de prueba. Entonces sí fue un proceso súper-superlargo, a mi parecer. Pero te digo, yo busqué a Laboratoria con fines de darle un giro a mi carrera, para darle más sentido al área de informática.

A: Entonces, ¿no tenías conocimientos de cómo programar, de cómo desarrollar una aplicación, absolutamente de nada de código, verdad?

D: Sí tenía conciencia de que existía un lenguaje llamado C#

Todos: (risas).

D: … Pero, de ahí en fuera, no tenía más conocimientos.

A: Ah, okay…

D: ¡Ah!, y también sabía que existían HTML y CSS.

A: Perfecto. Anaís, ¿quisieras compartir algo?

Foto: Janeth. Edición: Saracho.

Anaís (An): Bueno. Yo postulé porque una amiga mía me comentó de Laboratoria. Ella también postuló, y ambas nos dedicábamos a las ciencias sociales: ella como historiadora y yo como antropóloga. Postulé porque sentía que me hacía falta como cierto pragmatismo, porque el campo laboral de mi carrera es bastante limitado.

A: ¿En qué sentido, limitado?

An: En que hay muy pocas ofertas de trabajo, y lo que hay es muy mal pagado.

A: Entiendo…

An: Yo postulo porque siempre había tenido la inquietud de aprender HTML y CSS, desde el 2012, pero por cuestiones personales y laborales nunca me había podido dedicar a eso o dedicarme a aprenderlos.Lo que me llamó de Laboratoria fue que ellos te agarran sin experiencia y te preparan lo suficiente para que puedas desenvolverte laboralmente, desde cero.Me dije «Bueno, voy a probar».

Tenía muchos años sin ver nada sobre pensamiento lógico-matemático, y de programación no tenía nada. Hice el examen de admisión, y la verdad ese examen fue mi primer día en contacto con una línea de código. Después de ese día, me acuerdo que me fui a dormir y soñé con código. Al día siguiente me puse a investigar cursos de programación en Code Academy y los hice. Como que ese examen me despertó algo. Y ya después finalmente me seleccionaron. Sí fue un proceso largo, como dice Diana.

Empezamos el bootcamp en octubre de 2017. Se retrasó por el asunto del temblor. Como te decía, fue un proceso largo y postularon 1200 mujeres; y finalmente solamente aceptaron a 120 mujeres. Pero durante el bootcamp fueron desertando muchas de ellas, y terminamos graduándanos como 69 o 70. Sí hubo un alto índice de deserción, porque también, como dice Diana, el bootcamp es muy intensivo. O sea, es realmente dedicarle todo tu tiempo y toda tu vida, el levantarte todos los sábados a las 07:00 de la mañana para poder cumplir con los proyectos que te piden. Y lo importante de Laboratoria es que ponen énfasis en toda la sección de habilidades socio-emocionales.

A: ¿Cómo?

An: O sea, nosotros no solamente teníamos clases de cuestiones técnicas, sino también había un día a la semana en la que nos daban talleres de género, de igualdad de género, de cómo debes comportarte ante situaciones en el ámbito laboral…

D: Soft skills, soft skills (habilidades blandas). Desarrollo humano, prácticamente.

A: Me imagino que, por la cuestión de las soft skills, te sentiste más identificada, porque estudiaste una carrera de ciencias sociales

An: Sí, aunque son cosas que en el día a día nunca te sobran. O sea, cómo plantear ciertas problemáticas o cómo decir que tu proyecto puede mejorar sin sonar muy agresivo.

A: Perfecto. Ahora díganme: ¿cómo fue que se enteraron de que fueron aceptadas en Laboratoria? Porque me dijeron que fueron 1200 personas las que se inscribieron, y me imagino que deben hacer un filtrado extenso, un discernimiento o discriminación para decidir quién sí y quién no entra.

An: Bueno, 1200 personas son las que se registraron vía web, y luego te mandan un examen, y de esas 1200 quizá no le dedicaron las 4 horas para hacer el examen, sino sólo 800. De esas 800, 200 definitivamente no tienen el nivel, y a las otras 600 las entrevistaron. Luego, de esas 600, tomaron algún cierto número de personas para mandarlas al pretrabajo…

A: ¿Qué es el pretrabajo?

An: Haz de cuenta que te ponen a leer sobre funciones, ciclos…

D: … Ya va más enfocado a programación como tal, y te ponen como tres ejercicios de lógica.

An: Sí. Son ejercicios tipo: calcular el total de tu cuenta de consumo en el restaurante, el total de la propina y cuánto deben pagar las personas si son cinco. Entonces, aunque 1200 personas se registran, no todos lo logran porque puede que no entiendan el problema, tienen problemas con su computadora, etcétera. Hay muchas barreras por las cuales no todas las personas inscritas pueden llevar el proceso en su totalidad.

Foto: Janeth. Edición: Saracho.

D: En cada etapa, tanto en el examen como en el pretrabajo, te dicen «Bueno, ya hiciste el examen y ahora sigue el pretrabajo». «Ya hiciste el pretrabajo, ahora sigue la preadmisión»; y, ya después de la preadmisión, te dicen si sí o no quedaste aceptada. Son como tres o cuatro filtros los que tienes que pasar para poder entrar, y ya cuando entras te mandan como un e-mail de bienvenida a la red de Laboratoria.

An: Nosotras empezamos clases un lunes, pero el correo nos llegó el viernes de la semana anterior.

A: Y ya que fueron seleccionadas, ¿cómo fue que se sintieron?

D: Yo me sentí superemocionada, porque al final de cuentas era el cambio que yo requería, era el giro que andaba buscando. Yo, la verdad, cuando recibí ese correo, Janeth no me va a dejar mentir, yo me puse a llorar y me quedé con cara de «No manches, ¡qué chido!». Y también te pones a pensar «No inventes, son seis meses que no puedes estar trabajando y que tienes que retomar los estudios»; obviamente, por esa parte sí dije «Chin, tengo que volver a comprar una mochila y un cuaderno» (risas). Pero estuvo bien. Me emocioné demasiado.

An: Yo me sentía, al principio, con mucho miedo, especialmente por mi formación, porque pensé que iba a estar en mucha desventaja en comparación con las demás personas porque yo sabía que había gente que había estudiado carreras afines a la programación. Pero finalmente todo lo que vivimos sí me permitió tener el conocimiento necesario para que pudiera desenvolverme. También estuve muy estresada, porque es un proceso superestresante. Pero al final todo bien.

A: Tengo entendido que Laboratoria apoya a todas las mujeres, pero está más orientado hacia las mujeres de escasos recursos, que no tienen estudios o que son madres solteras. Para mí, el ejemplo de Laboratoria es algo que podría llamar como segunda oportunidad, porque tú, Diana, como decías, fue lo que te dio pauta para emprender algo nuevo en tu vida.

A ustedes, como mujeres, el que este tipo de iniciativas existan, que apoyen a la mujeres de escasos recursos, madres solteras, mujeres sin estudios o mujeres que ni siquiera tienen relación con la computación, ¿qué les parece, cómo les cae o cómo les llega?

D: A mí me parece una iniciativa muy buena, porque, como tú dices, es una segunda oportunidad para gente que la está buscando. Y bien dice la CEO (directora ejecutiva) de Laboratoria que uno de los requisitos para poder ingresar con ellos es que tienes que sentirte identificada como mujer, porque hay hombres que son transexuales, y que se sienten identificados como mujer, y han sido admitidos. Y también te dicen que tienen que ser mujeres a las que les llame la atención esto de la programación, porque si de plano no les llama la atención, aunque estén ahí recibiendo cachetadas de eso, a fuerzas ni las chanclas. Debes tener un cierto gusto para esto del desarrollo, el código.

A: ¿Y a ustedes les gusta programar?

D: Sí. A mí se me hace superinteresante, el crear cosas que están en tu imaginación.

A: ¿Y qué opinión tienen acerca de que la computación sea una carrera marcada de ser solamente para hombres y no para mujeres? Porque muchas personas creen que las matemáticas son solamente para los hombres y las ciencias sociales son para las mujeres.

An: Pues yo creo que desde la cuestión cultural siempre se ha fortalecido mucho ese pensamiento de que los hombres son más dedicados para ciencias duras; pero, justamente, Laboratoria es lo que intenta cambiar, que no exista un impedimento. Por lo tanto, la brecha puede hacerse un poco más pequeña. Y también, como que intenta combatir esa cultura de machismo, porque yo he escuchado a gente que dice que las mujeres no saben programar porque son simplemente mujeres.

A: ¿Y qué opinan acerca de las mujeres que ya existen en computación, pero en áreas que las personas quizá no consideran fuertes o «rudas», como front-end, manual testing (pruebas manuales), projet management (administración de proyectos) o SCRUM master (maestro SCRUM)? Porque esto ocurre mucho en computación.
Para dar contexto, las mujeres son vistas: «Ah, estás en computación pero no eres desarrolladora de back-end (desarrolladora de capa de acceso de datos). Solamente te veo en front-end, porque las mujeres se dedican a lo bonito». «Ah, eres tester (probadora de código) y lo tuyo no tiene mucha ciencia. Solamente hay que picarle a la aplicación para ver si hace lo que el cliente quiere, sin ver el código fuente». O «Ah, eres project manager y solamente eres el contacto directo con el cliente porque sabes cómo tratarlo».
An: Yo creo que hay perfiles tan diversos en computación y, tan sólo en nuestra generación, había gente muy buena para el pensamiento lógico-matemático pero que igual te podía hacer una interfaz verde bandera con rosas. En mi caso, la parte visual no se me dio, y tampoco soy buena como para tener contacto directo con cliente. Creo que es más la diversidad de aptitudes que cada quien tiene, pero yo creo que una mujer es totalmente capaz de desenvolverse en el área de back-end o en cualquiera otra de sistemas, como DevOps (Development Operations, por ejemplo.

A: Perfecto. Y regresando nuevamente al tema de Laboratoria, ¿cuál fue su principal reto, ya estando dentro del bootcamp? Porque antes de que entraran, en el caso de Diana, fue saber si se acoplaba; y en el tuyo, Anaís, fue saber si podías entender y analizar código.

An: Yo creo que, para mí, otro reto muy grande fue el programa piloto de internship (interinato) que lanzó Laboratoria, y que teníamos que tomar al mismo tiempo que las clases del bootcamp. Entonces, cuando tuve esas dos responsabilidades, fue cuando se me hizo un reto bastante fuerte, porque ya en realidad desenvolverte profesionalmente es algo muy distinto.

Digamos que Laboratoria tiene un ambiente muy controlado: clases, proyectos, tecnologías, etcétera… Pero ya cuando estás en un ambiente laboral, te topas con que tienes que aprenderte una tecnología en menos de seis días, y esto es algo muy estresante. Para mí, ese paso del bootcamp a la realidad sí fue, digamos, lo que me costó mucho trabajo.

D: Para mí todo el reto fue Laboratoria…

Todos: (risas).

D: No, sí, es verdad. Yo creí que me iba a salir, que no iba a terminar el bootcamp. Eran picos tan intensos de estrés que yo creo que no fui la única que se sentaba a pensar y a llorar porque todo el proceso era demasiado demandante. Había proyectos que había que terminar en una semana o menos, como terminar una plataforma de e-commerce (comercio electrónico) o red social en tres días.

A: Literalmente, ellos sí llevan la definición de bootcamp al pie de la letra, intensivo.

An y D: Sí.

An: Simplemente, el evento final es un hackathon (concurso de programación bajo presión y contrarreloj) de 36 horas. Pero como ellos (Laboratoria) reciben los retos de las empresas que participan con días de anticipación, Laboratoria dos días antes te hace un reto con las herramientas que saben ellos que vas a ocupar al final.

Entonces, estás dos días haciendo un proyecto, descansas un día y luego vas al proyecto en el que de verdad ya no puedes dormir. La verdad, es bastante fuerte y bastante pesado. Pero creo que al final si salimos con cierto nivel en el que ya podemos desenvolvernos y aportar a un proyecto en una empresa.

A: Y en ese hackathon que mencionan, que me imagino es la graduación…

D: La graduación es después. El hackathon es el último reto. Aquí es como que ya la vas a armar y es tu último obstáculo.

An: Y en el hackathon ya hay empresas presentes. Yo, por ejemplo, trabajé para iTexico y Diana trabajó para Banamex. Entonces, ya hay empresas que están viendo cómo te desenvuelves y, si les gustas, te invitan a trabajar con ellos.

D: Y aparte, no solamente es el hackathon, también te están entrevistando en ese momento. Las empresas le dicen a los chicos de Laboratoria: «Necesito a una persona con unos skills así y así», y la empresa te manda a hablar para tener esa entrevista.

Foto: Janeth. Edición: Saracho.

An: Sí, y es en el momento de que estás haciendo el reto. Tu estás acá programando y alguien te dice «Oye, vente media hora porque te vamos a hacer una entrevista», y te hacen la entrevista los de recursos humanos porque les interesa tu perfil.

A: Ahorita me surgió una pregunta en relación al índice de mujeres que, como ustedes mencionaron, abandonan Laboratoria. ¿Por qué creen que haya personas que se salgan de Laboratoria? Y sobre el tema del hackathon, ¿hay gente que realmente no pasa el hackathon?

D: Es que creo yo que conforme va pasando el bootcamp, la gente se va saliendo en cada sprint (etapa). Entonces, conforme se va haciendo más intenso, algunas se salen. Yo creo que para la hackathon ya están todas. Ya sabes que sí tienes que llegar al final, y las que ya están en la hackathon, pues se tienen que fletar las 36 horas, aunque no quieran.

Todos: (risas).

An: Lo peor que puede pasar es que no cumplas con todos los objetivos del proyecto. Yo, por ejemplo, no cumplí con todo lo que me pedían, porque siempre te piden algo que quizás es muy ambicioso para el tiempo que tienes. Entonces, nosotras cumplimos de alguna manera con lo básico. Entregamos un proyecto que considero yo bastante bueno, con una tecnología que no dominábamos (React), y me sentí muy contenta y satisfecha con el producto final; pero también hubo personas que no cumplieron con lo que les pidieron. Es parte del hackathon.

A: O sea que, en conclusión, ¿al final a todas las contratan?

An: No por el hackathon, sino, por ejemplo, Banamex llamó a algunas, iTexico llamó a otras. O sea, como que ya viendo el desenvolvimiento se hace el proceso, pero no para esas empresas. Después, en los meses que siguen, las chicas siguen en otras entrevistas.

A: ¿Pero generalmente todas quedan?

An y D: Sí.

D: Tienen una tasa de empleabilidad de 80%, tengo entendido.

A: ¿Y el otro 20%?

D: Pues yo tengo entendido que es porque no quisieron trabajar, y supe de dos casos en los que las chicas eran mamás y andan viendo en dónde dejar a sus hijos. Realmente no son cosas que dependan ya de Laboratoria, sino más bien de la persona.

A: Y ya después de que termina el hackathon, ¿qué sigue?

D: Más entrevistas.

Todos: (risas).

An: Para nosotras fue como que ya se acabó el hackathon... y luego seguía la fiesta de graduación. Fue un evento con birrete. El lunes me contactó una chica de inserción laboral y me dijo «Oye, iTexico está buscándote y quiere hacerte una entrevista técnica y una entrevista en general»; y yo respondí «Bueno, está bien». Tres días después, me mandaron la oferta, pero también había recibido ese mismo día la oferta de otra empresa. Al final, ya es un proceso de entrevistas y de andarle buscando.

A: Y ahora, después de que ya quedaste seleccionada para esa empresa, me imagino que ya tienes otra cosa más en la mente que te causa ruido o estrés.

An: En mi caso, tuve que decidir si quedarme en el DF en una empresa de este estilo o irme a Guadalajara, con esta empresa que me ofrece esto. Obviamente investigué a las empresas, porque quería saber un poco de ellas y cómo iba a ser el ambiente. Y pues ya a partir de ahí tomé mi decisión.

D: Igual yo. En Laboratoria ya nos habían dicho desde antes que iba a haber vacantes en Monterrey, Colima y Guadalajara, y que nosotros podíamos apuntarnos si queríamos una vacante fuera del Distrito Federal. Yo fui una de esas personas que se anotó en esa lista, porque uno de mis objetivos era el poder mudarme de la Ciudad de México; y, de hecho, durante las entrevistas les decía a los reclutadores que esa era mi intención. Cuando me entrevistó iTexico, dije «No manches, esta es la oportunidad de mi vida» (risas)... porque era la empresa que yo quería que me entrevistara.

An: De hecho, cuando vi a Diana en el hackathon, ella me dijo que quería estar en el equipo de iTexico.

Todos: (risas).

An: Y al final sí quedamos.

A: ¿Y cómo les cayó que les dijeran que iTexico las aceptaba?

An: Pues fue mucho estrés porque eso para mí implicaba mudarme. A mí, cuando Laboratoria me preguntó si quería mudarme a otra ciudad, les dije que no.

D: Pero iTexico se interesó en ti, ¿no?

An: Sí. De pura casualidad, hubo un evento en Bancomer de Software Guru, que se llama Best Place to Code. Entonces, fui y conocí varias empresas fuera del DF que estaban presentándose...

A: Como siempre, todas fueras del DF.

An:(risas). Entonces, fue ahí que conocí a David Sandoval y presentó a la empresa con todas las actividades que ellos realizan (The Biggest Looser, jueves de cerveza) y me llamó la atención, pero el problema conmigo era la mudanza. Ya después de que me llega la oferta, dije «Okay, me la voy a pensar todo el fin de semana. Y durante el fin de semana decido si acepto o no». Y pues finalmente acepté.

Foto: Janeth. Edición: Saracho.

La ventaja de mi caso es que yo soy de aquí (Guadalajara), y mi mamá y mi hermano vivían aquí; y, pues dije que eso me facilitaba el proceso. Y también estaba diciéndome «Espero que Diana se mude conmigo».

Todos: (risas).

A: Bueno, ya están aquí.

D: Sí, no me la creo (risas).

A: Y de Laboratoria, ¿qué es lo que se llevan?

An: Yo creo que algo importante de Laboratoria es que te empodera. Como te decía, yo tenía planeado estudiar HTML y CSS porque para mí implicaba un conocimiento no tan profundo, pero Laboratoria te agarra y te dice «No, tú puedes hacer más, puedes desenvolverte», y te da las herramientas necesarias para lograrlo. Entonces, eso es algo muy importante; y también te hace pensar en por qué es necesario reducir la brecha de género en el sector digital. En general, para mí, fue un cambio total de perspectiva a lo que totalmente estaba dedicada.

D: Yo, de Laboratoria, me quedó con que fue una oportunidad, no sólo en el sentido profesional sino, yo, también me encariñé mucho con la gente de ahí, con todas las mujeres. Realmente hay veces que dicen que trabajar entre mujeres es difícil, y sí es difícil (risas)... pero me hice de muy buenas amistades ahí. Y la psicóloga, que nos estaba ayudando con los soft skills, también me ayudó de alguna manera con la parte humana, a hacerme más humana, ¿sabes?

A: ¿No eras humana antes?

D: (risas)... No sé, es que antes era muy inexpresiva, muy rara. A mí me ayudó en varios aspectos, no sólo en el técnico.

A: ¿Recomendarían Laboratoria?

D: Yo sí, ampliamente.

An: Yo también. Lo peor que puede pasar es que no las acepten.

Todos: (risas).

An: Si alguien tiene la inquietud y siente que tiene el talento, siento yo, que tiene que aprovechar la oportunidad.

A: ¿También las apoyan económicamente, no?

An: A algunas personas les hacen un estudio socieconómico y les dan ayuda para pasajes que entra en el financiamiento que al final terminas pagando, pero que pagas una vez que ya tienes trabajo.

A: ¿Como un crédito?

D: Sí. Si no te contratan, no le pagas a Laboratoria. Pero ya en cuanto te contraten, sí tienes que darles un porcentaje de lo que tú ganas para saldar ese crédito.

A: ¿Y si alguien no quiere ser contratada, como el caso de las mujeres que están en ese 20%?

D: Sí, solamente he sabido de una chica a la que la han entrevistado varias veces pero a ella no la han convencido. Y bien, si vas a postular para Laboratoria para que al final no quieras trabajar, pues mejor dale la oportunidad a otra mujer que sí quiera trabajar.

An: Aparte, son seis meses de tu vida, para que al final digas que no quieres trabajar... Pues como que saca de onda. Yo, en mi caso, no lo haría. No le hallo sentido.

D: Aparte, los ingresos económicos en este sector de la tecnología son mejor pagados. Yo, como personal de soporte técnico, estaba ganando la mitad de lo que gano ahorita, y te estoy hablando de una posición de tiempo completo. Cuando estaba trabajando de medio tiempo, ganaba $6000 pesos.

A: ¿Y sí les ha gustado lo que están haciendo actualmente?

An: Sí. A mí, a veces, es toparte legacy code (código legado), a los que hay que darles mantenimiento. Pero, en general, me ha gustado la empresa y ha sido la mejor decisión, el venirme para Guadalajara.

A: ¿Y considerarían posteriormente el cambiarse de posición, como por ejemplo ser back-end developers, DBA (Database Administrator) o SDET (Software Developer Engineer in Test)? Porque sé que de Laboratoria salen front-end developers y UI/UX designers.

An: Sí. Con la capacitación y el tiempo necesario, sí. Empecé un poco a interesarme por el diseño de base de datos, que dejé en stand by (pausa) por el proyecto en el que estoy ahorita, pero sí es un plan que tengo a mediano plazo, aprender otro lenguaje que me ayude a ser back-end developer.

A: ¿Y tú, Diana?

D: Pienso igual que Anaís. Laboratoria te enseña mucho el self-learning (autoaprendizaje), entonces, sin problema pudiera cambiarme a otra posición o stack (conjunto de habilidades).

A: ¿Algo más que quisieran agregar sobre Laboratoria o las mujeres en la tecnología?

An: Pues que postulen. Creo que las mujeres pueden tener un buen desempeño en el sector digital y creo que es importante que se retomen esos espacios.

A: En pocas palabras, que se animen, ¿verdad?

D: Sí, que no piensen solamente que la ingeniería y las oportunidades laborales que existen son para chicos, son puros tabús. Si lo crees, lo puedes hacer.

Foto: Janeth. Edición: Saracho.


A: ¿Cómo se visualizan ustedes a corto, mediano y largo plazo?

An: A corto plazo, no sé. A mediano plazo, quiero ampliar mis conocimientos en algunas otras herramientas que están surgiendo y que van a ser muy importantes, como GraphQL y ese tipo de cosas. Y a largo plazo, me gustaría tener proyectos por mi parte, que fueran proyectos que involucraran mi formación en ciencias sociales...

A: ¿Cómo inteligencia artificial?

An: Puede ser, o trabajar en una ONG quizá, o generar un proyecto más enfocado al área social, pero utilizando la tecnología. Es lo bueno de la tecnología, que te abre las posibilidades de expandirte a varias áreas.

D: A mí me gustaría mucho enfocar la tecnología a las artes visuales. En algún momento, me gustaría poder saltar a ese sector; y también me llama mucho la atención lo de los videojuegos. Aprender más tecnologías que vayan enfocadas hacia el arte visual. Eso sería mi a mediano plazo. Y a largo plazo, poder llegar hacer home office (trabajar desde casa), viajar por el mundo y trabajar desde casa, así bien chido.

Todos: (risas).

A: ¿Cómo se puede enterar uno de las convocatorias de Laboratoria?

An: La forma más fácil, yo creo que son las redes sociales. Pero si no está abierta la convocatoria para la sede en la que quieres postular, puedes dejar tus datos y, cuando se abra la convocatoria, ellos te contactan. También lo pueden hacer desde la página de internet de Laboratoria.

A: De mi parte sería todo...

D: Oye, yo te quiero preguntar a ti qué opinas de Laboratoria y por qué surgió esa duda de conocer más sobre nosotros.

A: Ya se invirtieron los papeles...

Todos: (risas).

A: Fíjate que pienso igual que Anaís, que si a la mujer le estás dando la oportunidad de desenvolverse en áreas «dominadas» por hombres, ¿por qué no hacerlo en computación? Porque, si te das cuenta, o has escuchado, se tiene la creencia, al menos aquí en México, de que la mujer bonita no se mete con nada de ciencias naturales (llámense matemáticas, física, química, etcétera), mucho menos, porque no saben, en programación.

En computación se da mucho está pregunta: «¿La mujer bonita, programando?», porque hay muchas personas que creen que una mujer bonita no puede programar. Éste no es mi caso, pero se observa en la carrera. Yo estoy a favor de estas iniciativas de «incluir» —aunque no me gusta esa palabra porque me suena a eufemismo y siento que desde hace tiempo debimos haberlo hecho... pero desgraciadamente la sociedad apenas lo está haciendo— a las mujeres en las tecnologías.

Y, si hay mujeres que hacen lo mismo que un hombre en computación, pues darles las mismas oportunidades de crecimiento profesional y las mismas prestaciones salariales que deben tener todos por igual.

An: Finalmente, como tú dices, la inclusión viene del lado de que debe cambiarse una problemática que existe, que no debería discriminarse a la mujer. Y es algo que se está intentando resarcir. No es que la mujer esté incapacitada de alguna manera para poder desenvolverse.

A: Así es.

An: Entonces, es ver cómo rompemos esa barrera y demostrar cómo sí somos capaces también.

A: Y además que la misma mujer se quite esa barrera. Como dirían Mark Zuckerberg y su séquito de empresarios: «Todo mundo debe aprender a programar». Aunque no sea código, porque nuestro día a día implica programación: levantarnos, ir al baño, desayunar, ir al trabajo o a la escuela, comer, regresar a casa, etcétera.

An: Sí, y que además tenga las aptitudes. Quizá a muchos no les llama la atención programar porque no muchos tengan la paciencia para leer código y buscar errores y que al final resulte que te faltó un signo o un punto y coma... y todo esto es normal, porque todos somos diferentes y tenemos aptitudes diferentes. Eso es lo que hace Laboratoria: identificar tu talento y darte las herramientas necesarias para poder desarrollarte y puedas hacer algo con todo eso.

A: Me imagino que después de todo, ahora lo ven todo como código.

An y D: Sí, ahora soñamos con código (risas). Fue muy divertido.

A: ¿Algo más que quisieran agregar?

An y D: No, sería todo. Muchas gracias por interesarte.

A: Excelente. De mi parte sería todo, ahora sí (risas). Y les deseo mucho éxito en lo que emprendan.

An: Gracias a ti. Igual, si tienen alguna duda, puedes compartir nuestros perfiles de LinkedIn y correos electrónicos. Si quieren saber más sobre Laboratoria, si están postulando o si no saben si postular o no, nosotras les podemos ayudar.

A: Perfecto. De nueva cuenta, muchas gracias y seguimos en contacto.

An y D: Gracias a ti. Bye!

Foto: Janeth. Edición: Saracho.

LinkedIn:


____________________________________________________
No olviden leer este artículo en Sólo es Ciencia
(y seguirnos en FacebookTwitter y LinkedIn), 
y seguirme en Twitter 😃

Comentarios

Entradas populares